domingo, 20 de mayo de 2012
EL ZODIACO GEMINIS
EL HOMBRE GEMINIS
Personalidades G�minis famosas
Bennett Cerf
John Dillinger
Arthur Conan Doyle
Bob Dylan
Duque de Edimburgo
Ian Fleming
Errol Flynn
Judy Garland
Paul Gauguin
Thomas Hardy
Bob Hope
Al Jolson
John F. Kennedy
Beatrice Lillie
Marilyn Monroe
Cole Porter
Rosalind Russell
Francoise Sagan
Wallis Simpson
Michael Todd
Rodolfo Valentino
Walt Whitman
Frank Lloyd Wright
Brigham Young
El hombre G�minis
Podr�a contarte mis aventuras
empezando por las de esta ma�ana...
Por lo menos esta ma�ana,
al levantarme, sab�a quien era,
pero creo que debo de haber cambiado
varias veces desde entonces.
Estar enamorada es algo que le da a una gran sensaci�n de c�lida seguridad. Es un consuelo celestial
saber siempre que hay alguien cuando una lo necesita, que ya no hay por que seguir andando sola.
Todas las dudas que conociste antes, lectora, se evaporan como el roc�o... a menos, claro, que te hayas
enamorado de un mercuriano, que puede reducir esa c�lida <<seguridad>>. Con G�minis ser� mucho mas
realista que si lo mandas a buscar el pan el lunes, no lo esperes de vuelta hasta el jueves. Nunca lo busques
si no le ves venir, ni te le cuelgues de los faldones de la americana cuando quiera irse.
Una vez que te hayas adiestrado en la aceptaci�n de su esp�ritu inquieto e impredecible, es posible
que las cosas funcionen, pero no insistas en el <<consuelo celestial de saber siempre que hay alguien
cuando una lo necesita>>. Probablemente jam�s est�s segura de cuando va a estar este hombre en ninguna
parte, de modo que eso puede seguir manteniendo en ti algunas de las dudas que supuestamente se
disipan con el romance. Es verdad que si est�s enamorada de un G�minis no estar�s sola. Eso, seguro que
no. Tendr�s por lo menos dos hombres que anden contigo... y los dos ser�n �l. Ya sabes que naci� bajo el
signo de los Gemelos, pero en su caso, no se trata jam�s de verdaderos gemelos, de mellizos id�nticos. La
naturaleza dual de G�minis combina dos personalidades completamente diferentes. Hasta podr�a ser que te
vieras envuelta con uno de esos mercurianos que son trillizos o quintillizos, y en ese caso no te faltar�a
abundante compa��a, ni siquiera cuando estuvieras sola con �l.
El G�minis t�pico es el favorito de las amas de casa. Le gusta la gente; cuanta m�s gente hay, mas
contento est�. Es raro el mercuriano que no sea una perfecta delicia como conversador. Tiene un gusto
exquisito, es pr�digo en comentarios ingeniosos, y sus cumplidos son obras maestras de c�lida sinceridad.
Con su habitual e impecable dominio de los modales y su instinto social, es quien mantiene la fiesta, en m�s
de un sentido.
�Conoces ese juego que se llama la caza del tesoro, en que las parejas deben conseguir los objetos
de una lista disparatada, como un pelo de la cabeza de una famosa estrella de cine y un trozo de secante
Linda Goodman Los signos del zod�aco
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que hay sobre el escritorio del jefe de polic�a, y en el que gana el premio la pareja que ha reunido mas cosas
de la lista? Es la diversi�n favorita de G�minis, porque combina el mayor contacto posible con toda
clase de gente con la mayor oportunidad posible de ir de un lugar a otro, y al mercuriano le encantan ambas
cosas.
Si llegas a conocerlo en una reuni�n social donde �l est� representando su fascinante acto de las
personalidades m�ltiples, no tienes salvaci�n: quedar�s convencida de que es el hombre m�s atractivo,
interesante e inteligente que hayas encontrado jam�s. Eso, nadie podr�a discut�rtelo; es probable que lo
sea, y no es raro que t� est�s excitada e impresionada. Pero antes de que por �l te decidas a cambiar de
apellido, aseg�rate de que eres capaz de hacer frente a un destino incierto con un hombre cuyos caprichos
pueden cambiar con el viento, y cuyas metas en la vida pueden ser completamente distintas antes de que
hay�is terminado la luna de miel. <<�Es que me contradigo?>>, escribi� una vez el G�minis Walt Whitman,
<<...Contengo multitudes>>. Lo supiera o no, estaba resumiendo en esas palabras la naturaleza de Mercurio.
Es posible que un d�a tu gal�n G�minis aparezca con un mono parlanch�n encaramado en un hombro
y te invite a ir a un circo de pulgas. Te traer� flores, perfume, un disco o un par de libros, y hasta posiblemente
uno del que �l es autor. Las horas pasar�n en un soplo mientras t� gozas, feliz, en su cordialidad, te
r�es de sus ingeniosos chistes y te derrites bajo su encanto c�lido y alegre. G�minis te dir� <<Te amo>> de
cien maneras diferentes, como no podr�a hacerlo nadie mas en el mundo.
Al d�a siguiente te llamar� por tel�fono para deshacer una cita sin ning�n motivo aparente, y t� empezaras
a imaginarte toda clase de cosas. �Hablaba en broma cuando dijo que te amaba? �Estar� saliendo
con alguna otra chica? �Tendr� alg�n problema? Es posible que tus temores tengan fundamento, pero tambi�n
es posible que no lo tengan. Una semana despu�s, G�minis reaparece, lleno de comentarios sarc�sticos,
malhumorado e irritable. Se mostrar� impaciente, cr�tico y quisquilloso. Es posible que critique tus zapatos,
tu l�piz de labios o tu gusto literario, y que est� carcomido por dudas sobre la posibilidad de que llegu�is
a ser felices juntos. Claro que tambi�n es posible que se le vea hosco y preocupado, mentalmente
distante, lejano. Y de nada sirve preguntarle por qu�: no obtendr�s ninguna respuesta coherente.
Si sobrevives a esa experiencia, al cabo de pocos d�as mas estar�s visitando una galer�a de arte, un
teatro, un museo o biblioteca con tu cortejante G�minis, absolutamente hipnotizada por sus conocimientos y
por la amplitud de sus intereses. Le encontrar�s excepcionalmente tierno, lleno de sue�os fr�giles como
mariposas y de dulces esperanzas para el ma�ana. Entonces, te propondr� el matrimonio. As�, con la rapidez
del rel�mpago. Y t�, olvidada de los truenos y de los nubarrones, y de toda la lluvia que ya viste caer, le
contestar�s que s� antes de que cambie de parecer y... ah� est�s, comprometida con un enigma.
S�, enigma he dicho. Si esperas otra cosa, digamos un hombre estable y paciente que se muestre
siempre gentil contigo mientras el amor y la vida se desenvuelven con la calma de una g�ndola que se pasea
por los rom�nticos canales venecianos, entonces van en la misma direcci�n que una calesita: en c�rculo.
B�jate a toda prisa sin pensar que pod�as haberte ganado el anillo. No dejes que la m�sica, ligera y
alegre, te engatuse y te haga ir en pos de una escena pintada de colores que no son nunca los mismos, y
en la que tan pronto puede aparecer un gris deprimente como un radiante amarillo o un sedante azul. Si
eres una rom�ntica incurable que pretende encontrar la armon�a perfecta, corres algo m�s que cierto peligro.
Diga lo que diga el resto de su carta natal, si el Sol estaba en G�minis cuando el naci�, este hombre
no seguir� estando ma�ana donde est� hoy, ni conservar� de ayer ning�n recuerdo perdurable. De una
manera o de otra, cambiar�. Es cierto que los cambios pueden ser siempre para mejorar, que es posible
que apunte constantemente a metas m�s altas. Pero eso nunca podr�s saberlo con certeza. Si tienes alma
de jugadora, es posible que con �l tengas suerte y te encuentres celebrando tus bodas de oro en medio de
una gloriosa armon�a mental y emocional. Pero los buenos jugadores saben cuales son las posibilidades
antes de hacer su apuesta. Aseg�rate de que t� las sabes. Dos raras excepciones a la inestabilidad geminiana
son, aparentemente, el presidente Kennedy o la reina Victoria de Inglaterra. Sin embargo, no olvides
que John Kennedy tuvo siempre m�ltiples intereses que cambiaban constantemente, y la reina Victoria (que
por su posici�n planetaria se acercaba mucho a Tauro) introdujo muchos cambios importantes en las costumbres
de su pa�s. De todas maneras, entre nosotros no hay muchos que se casen con reyes, reinas o
presidentes, a quienes las circunstancias han obligado a madurar y a adaptarse a una pauta establecida.
Un excelente ejemplo de la dualidad de expresi�n de G�minis es la confesi�n de una mujer que fue
v�ctima de ella. El Mercurio era un productor cinematogr�fico y la mujer una famosa actriz, una morena nacida
bajo el signo de Piscis. Despu�s de un fin de semana que ella y otros signos pasaron como invitados
en el yate de G�minis, y durante el cual el hu�sped se mostr� con ella abiertamente insultante, grosero y
distante, en forma alternativa, la actriz se sent�a desalentada e intrigada.
No se que es lo que le pasa �coment�. Supongo que me odia. Yo jam�s le he hecho nada, y sin
embargo casi no me ha dirigido la palabra durante todo el fin de semana. Ah, pero es que... vaya si ella le
Linda Goodman Los signos del zod�aco
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habr� hecho algo: hab�a hecho que G�minis se enamorara de ella, y con la seriedad suficiente para que se
casara con la actriz poco despu�s del incidente. �Pero c�mo reaccion� al tomar por primera vez conciencia
del amor que sent�a por ella? Como si su amada hubiera sido Lucrecia Borgia.
Es probable que esa experiencia no impida que las lectoras se zambullan en un romance con un
hombre de Mercurio, pero tal vez les calme el dolor de las heridas a algunas chicas que hayan venido padeciendo
la frialdad de un G�minis que est�, casi con seguridad, perdidamente enamorado de ellas, pero que
lo oculta cuidadosamente por sus propias e insondables razones. G�minis tiene una necesidad inconsciente
de disfrazar sus verdaderas intenciones, de entablar con los otros una suerte de esgrima verbal y de encubrir
sus motivos con acciones duales.
En general, buscar�n confundirte. Despu�s, con la caracter�stica incongruencia de G�minis, har�n un
giro de 180 grados y se mostrar�n tan directos que te dejar�n poco menos que sin aliento con su franqueza
y brusquedad.
Con G�minis, el amor es f�cil y divertido, siempre que no trates de aproximarte demasiado. Hay un
n�cleo �ntimo que s�lo le pertenece a �l, que jam�s compartir� con otro ser humano, ni siquiera contigo.
Mant�n las cosas calmas y no te muestres abiertamente apasionada ni dram�tica. No le aburras, inter�sale
siempre, y tu romance con G�minis puede ser muy especial. No te rebeles contra su versatilidad; cambia
con �l. Mantente tan alerta, interesante tanto por la vida como �l. De otra manera, tu amor podr�a no ser
mas que... una de esas cosas. Mercurio busca, por encima de todo, una compa�era mental, que est� a la
altura de su ingenio, que incluso pueda superarle de vez en cuando, porque no es ego�sta. Es muy realista y
disfruta de los desaf�os mentales. Lo �ltimo que quiere es un felpudo o una ratita aburrida. Deja que a trav�s
de tu imaginaci�n femenina se trasluzca el cerebro, que eso no le asustar�, como podr�a pasar con otros
hombres. Le har� girar en la direcci�n debida: hacia ti.
G�minis tiende a dejar a los viejos amigos por otros nuevos, pero eso no significa que no tenga coraz�n.
Su propia personalidad fluct�a y avanza de manera tan inevitable que para los de este signo es natural
buscar a quienes armonizan con sus intereses del momento. Para G�minis, donde cuelga su sombrero est�
su hogar. Es raro que muestre apego profundo y duradero hacia recuerdos, lugares, personas y cosas del
pasado.
Durante un largo per�odo de soledad, es posible que el mercuriano vierta algunas l�grimas sentimentales,
pero la causa esta mas bien en la soledad que en la nostalgia del ayer. Es sociable y le enferma �
cuando no le da pavor� estar solo durante mucho tiempo. Si puedes hacerle llegar el mensaje de que t�
ser�s una pareja que est� siempre pr�xima, pero sin depender de �l ni esperar que �l dependa de ti, es
probable que se avenga a firmar un contrato a largo plazo. Pero ten en cuenta algunas cosas. Muchos G�minis
se casan m�s de una vez, aunque los matrimonios m�ltiples se dar�n con m�s probabilidad si se casan
demasiado j�venes que si esperan a la madurez. No todos los G�minis tienen dos esposas, pero de
casi cualquier cosa s� tienen dos: tal vez dos coches, dos apartamentos, dos t�tulos universitarios, dos trabajos,
dos sue�os, dos animales mimados, dos afeitadoras, dos pasatiempos favoritos, dos ambiciones. Para
G�minis, el dos es un tic.
Tengo un excelente amigo G�minis, Frank Blair, reportero de la NBC, que hasta se toma sus vacaciones
anuales en dos �pocas distintas del a�o. �Sus pasatiempos? Pues, pilotea su propio avi�n, navega
en su propio yate y juega mediocremente al golf. (No estoy segura, pero creo que Frank puede ser uno de
los G�minis trillizos.) Toca dos instrumentos musicales, tiene montones de hijos, montones de premios y de
trofeos en las paredes de su oficina en la NBC, montones de amigos, dos trabajos en la radio, dos afeitadoras
el�ctricas en su escritorio y por lo menos una docena de sue�os y de proyectos a la vez, que cambian
cada seis meses m�s o menos. En cambio, tiene una sola esposa. (Debe de tener ascendente en C�ncer o
en Tauro.) Observa adem�s que la radio es una ocupaci�n t�pica de G�minis; Mercurio rige las comunicaciones
y las noticias. Indudablemente, Frank tiene el encanto de G�minis y su habilidad manual. Es frecuente
que est� sirvi�ndose un vaso de zumo de tomate, dict�ndole a su secretaria, telefoneando a su mujer,
afeit�ndose y ordenando sus papeles, y de alguna manera, lo hace todo al mismo tiempo. Los G�minis son
expertos en prestidigitaci�n.
En asuntos financieros predomina tambi�n la dualidad. Un mercuriano puede ser de una generosidad
fabulosa y despu�s, bruscamente, mostrarse avaro. Si calibramos las dos actitudes gemelas, yo creo que
gana, con mucho, la generosidad. G�minis tiene pocos deseos de acumular, ya sea dinero o conocimientos.
En cualquiera de los dos casos, prefiere absorber, seleccionar y devolver mejorado. Es el comunicador cuya
funci�n es crear ideas siempre nuevas y originales y servir a los dem�s mediante la versatilidad de sus procesos
mentales, r�pidos y brillantes.
�Si te ser� fiel? A su manera si, claro. Hay mil respuestas a esta pregunta, cuando hablamos de Mercurio.
A �l le gusta conversar y le gusta estar con gente. Tiene tambi�n un extra�o atractivo para las mujeres,
de modo que no faltar� ocasi�n de murmuraciones y sospechas. Pero puedes contar con una cosa: es
raro el G�minis a quien su sentido de honestidad, profundamente arraigado, le permita ser falso en sus
acciones si t� tienes fe en �l. Quiero decir, verdadera fe y verdadera confianza, no de esas que secretamenLinda
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te ocultan una duda. Mercurio percibir� siempre si est�s dudando en secreto, es frecuente que su mente
intercepte tus pensamientos como si estuvieras envi�ndole una emisi�n por radio. Sin embargo, no es buena
idea esperar que un marido G�minis desanime a todas las mujeres, simplemente porque lleva anillo de
casado. Las mujeres forman parte de la escena y G�minis no quiere perderse la escena. Si hay mujeres, el
mercuriano hablar� con ellas, y hasta bromear� o se beber� alguna copa con ellas. Para Mercurio la comunicaci�n
es lo mas natural, independientemente del sexo de quien le escucha. Pero eso no significa que
deba tener romances con ellos.
Es verdad que hay much�simos G�minis que son lisa y llanamente promiscuos, pero no importa lo
que te hayan contado: siempre hay una causa. Ser objeto de desconfianza o de incomprensi�n, en el terreno
que sea, es profundamente perturbador para el hombre de Mercurio, es algo que le frustra y le deprime.
Cuando se siente as� desdichado, G�minis puede revolotear de un lado a otro, en busca de alivio para la
mara�a de sus emociones. Cuando se ve libre de la sensaci�n de aislamiento mental y no siente que tenga
que demostrar nada a nadie, no cae en la compulsi�n de experimentar entreg�ndose a fugas caprichosas.
Una mujer que tenga perfecta armon�a mental con un G�minis no necesita temer sus infidelidades, ni emocionales
ni f�sicas. Hasta tal punto es ello verdad en los G�minis, que se puede considerar como una regla.
Pero G�minis tampoco se dejar� encadenar irrazonablemente. Esperar que cuando alguien le sonr�e, sea
hombre o mujer, ni�o o adulto, �l no le devuelva la sonrisa, es tanto como esperar que el sol no brille. Su
naturaleza, amistosa y alegre, lo lleva constantemente a buscar compa��a, y esta compa��a puede ser el
conductor del tren en que viaja todos los d�as o la camarera del caf� que est� a la vuelta de su oficina. No
trates de acorralarlo, pues cuando alguien intenta cercar su esp�ritu, G�minis puede volverse tan escurridizo
e impredecible como el viento.
Con los ni�os ser� compinche, pero no esperes que los discipline, aunque les ense�ar� much�simas
cosas antes de que lleguen siquiera al jard�n de infancia. Es probable que les encante confiarse a �l, porque
muy rara vez se mostrar� escandalizado o ser� duro en sus juicios. G�minis sabe amar sin sofocar. La relaci�n
de G�minis con sus hijos es por lo com�n muy �ntima, aunque tal vez poco coherente, por contradictorio
que esto pueda parecer. Por mas afectuoso, c�lido y vivaz que pueda ser con la gente, es posible que no
les insista en la necesidad de ajustarse a rutinas, ya que al propio G�minis no le gustan las rutinas. Tambi�n
mostrar� tendencia a criticar el comportamiento de los cr�os un d�a y aprobarlo al d�a siguiente, con lo cual
puede crearles confusi�n. Aunque a veces �l consiga perge�ar un serm�n, cuando haga falta una palmada
o una imposici�n m�s seria, tendr�s que intervenir t� para ello. Los pap�s G�minis tienden a malcriar a los
chicos.
Es posible que su imaginaci�n le lleve en ocasiones a afirmar algo que no puede mantener. T� tendr�s
que hacerle ver lo importante que es que cumpla su palabra. Pese a todas sus buenas intenciones,
acabar� quebrantando algunas de sus promesas, r�pidas e impulsivas. Si los ni�os no le significan ning�n
tipo de atadura ni traban sus m�ltiples actividades, G�minis gozar� enormemente con ellos. Una palabra de
advertencia: aunque ser� raro que los castigue f�sicamente, la propensi�n geminiana a los comentarios
sarc�sticos y punzantes puede causar profundas heridas en sus j�venes corazones, dejando cicatrices que
permanecer�n toda la vida. Tambi�n puede mostrarse renuente a expresar su afecto en forma de besos y
abrazos, a menos que haga un esfuerzo consciente por superar el natural desapego de G�minis. Sin embargo,
yo he conocido algunos padres de este signo que aparentemente prodigan a sus hijos la ternura que
son incapaces de volcar sobre los adultos. Oc�pate de que los peque�os no le abrumen, no le pidas que
haga de canguro si a �l evidentemente no le gusta, y se desempe�ara muy bien como padre, no importa
que teng�is un hijo o una docena.
Los celos son una preocupaci�n que posiblemente nunca tendr�s con un marido G�minis, porque el
af�n de posesi�n no se cuenta entre los rasgos t�picos del signo. Si en alguna ocasi�n una sospecha le
susurra algo al o�do, por lo com�n la apartar� (a menos que una influencia en su carta natal condicione otra
cosa). Claro que hasta cierto punto los celos son normales en todo el mundo, pero normalmente, en G�minis
no son exagerados. Con este hombre, el amor no es una relaci�n estrictamente f�sica. Sus sentidos le
permiten o�r m�s, ver m�s y percibir m�s que otros, y Mercurio le ayuda a registrar vivamente las impresiones
m�s delicadas. Su amor tiene una cualidad tan et�rea y fugitiva que puede dar la impresi�n de que le
falta la pasi�n terrenal de otros signos solares. Pero a menos que lo que busques sea un hombre de las
cavernas que te arrastre del pelo por los bosques, G�minis te resultar� un amante m�s que satisfactorio. Te
pintar� sus emociones con frases rom�nticas e imaginativas, y responder� a la avidez de tu coraz�n con la
extra�a belleza de su idealismo.
Recuerda que la t�pica frialdad emocional de Mercurio puede caldearse considerablemente si los dos
escuch�is la misma m�sica y so��is los mismos sue�os. G�minis necesita experimentar una fusi�n total en
lo mental y espiritual para que la pasi�n f�sica cobre intensidad. Aunque parezca tortuoso, es el �nico camino
verdadero hacia su coraz�n.
Tendr�s que acostumbrarte a la palabra <<si>>. Es posible que te diga: <<Si te amara, podr�amos...>>
o: <<Si te amara, habr�a que...>> y que a veces deje la oraci�n sin terminar. Empieza por borrar la
palabra <<si>>; �l la usa �nicamente como cortina de humo, por razones de seguridad. Una actitud de cr�tiLinda
Goodman Los signos del zod�aco
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ca �spera y fastidiosa, unida a continuas escenas emocionales, mellar� sin duda el filo del delicado y sensible
amor de G�minis. Trata de coger con la mano un pu�ado de mercurio. �Qu� pasa? Inmediatamente se
disuelve en centenares de brillantes pelotillas plateadas que se te escapan sin cesar por entre los dedos
contra�dos. Un hombre de este signo, cuya esposa cre�a conocerle muy bien, escribi� las siguientes l�neas
antes de abandonarla, y ella las encontr� despu�s del divorcio entre los papeles de �l:
Irrumpiste en el sue�o y con botas claveteadas
pisoteaste la blanda alfombra de mi ensue�o...
M�s de una vez leer�s u oir�s decir que G�minis necesita siempre dos amores al mismo tiempo. La
dualidad geminiana, con su sugesti�n de enga�o, es algo que se menciona con tanta frecuencia que puede
causar angustias sin fundamento. Me permitir� modificar esa afirmaci�n. G�minis necesita dos amores, pero
no necesariamente dos mujeres. Es una adivinanza, pero si t� lo comprendes de verdad, podr�s hallar la respuesta.
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