lunes, 6 de febrero de 2012




La cafe�na


La cafe�na es el principal alcaloide del
caf� y el que le confiere sus
propiedades caracter�sticas. Se trata
de una de las sustancias incluidas en
los reglamentos de dopaje de todas
las federaciones deportivas. En ellos
aparece como una sustancia
restringida, es decir, su uso est�
permitido siempre que no se llegue a
una concentraci�n de 12 microgramos
por mililitro. Como este dato puede
decir poco, hay que avisar de que
unos pocos caf�s pueden,
dependiendo de su contenido en
cafe�na, producir este nivel de
concentraci�n en orina hasta dos-tres
horas despu�s de su ingesti�n.
Hay que advertir que no s�lo hay
cafe�na en el caf�. Tambi�n est�
presente, en cantidad variable, en
refrescos de cola, t� y guaran� (un
producto vendido como vigorizante en
herbolarios, y que no es m�s que
cafe�na de liberaci�n lenta).
Si tomamos la acepci�n de "droga"
como aquella sustancia que, en lugar
de integrarse en el organismo (como
es el caso de los alimentos) lo altera,
el caf� es claramente una droga. Sus
alteraciones sobre la fisiolog�a son
importantes. Otra cuesti�n es que sea
una droga aceptada socialmente y
consumida y comercializada con el
benepl�cito de estados y personas
bienpensantes, cristianas y de buena
familia.
La cafe�na estimula el cerebro por
interferir en la acci�n de la adenosina,
un neurotransmisor que produce
calma y tranquilidad, provocando una
sensaci�n de euforia y de fuerza
durante algunas horas. Facilita la
actividad intelectual y la creatividad,
manteniendo despierto y en estado de
alerta a su consumidor. En esta acci�n
est� tambi�n implicado un incremento
de los niveles de adrenalina y
noradrenalina, neurotransmisores
activadores
Sin embargo, igual que toda sustancia
artificial, tiene una serie de efectos
no deseados. Activa la secreci�n de
noradrenalina, pero no ayuda a
renovar la que se va agotando, por lo
que despu�s de un largo periodo de
consumo (tras la toma de varios caf�s
en un mismo d�a) el organismo siente
que necesita reposo y cae en estado
de aletargamiento para reponer las
energ�as gastadas. Si el sujeto, para
evitar esta fase de agotamiento,
vuelve a tomar caf� (es lo que se
suele hacer al d�a siguiente, cuando
se experimenta el cansancio), se va
incrementando la dosis necesaria para
conseguir los efectos deseados. Tarde
o temprano la droga pasa factura. Si
el periodo de consumo ha sido muy
largo, se pueden pasar muchos d�as
en el citado estado de aletargamiento,
durante el cual las gl�ndulas
suprarrenales se recuperan del
sobreesfuerzo por la cantidad de
adrenalina y noradrenalina producida.
Puede suceder que la persona en
cuesti�n no quiera pasar esta fase de
recuperaci�n, y prefiera seguir
acudiendo a tan preciado l�quido
diariamente. Las consecuencias sobre
la salud en este caso son m�s graves:
desmineralizaci�n por su efecto
diur�tico (p�rdida de agua con
minerales), problemas
cardiovasculares (hipertensi�n,
taquicardia), problemas
gastrointestinales (�lceras), etc.
Aunque la sensaci�n es de mayor
energ�a, la realidad es que la cafe�na
agota la vitamina B1, encargada de
transformar los carbohidratos
ingeridos con la alimentaci�n en
energ�a. En algunos casos, puede
producir depresi�n despu�s de una
larga temporada de consumo. Como
no es una droga estigmatizada, el
usuario quiz�s nunca deje de
consumirla, as� que a la larga
padecer� alguno de los problemas
antes citados, adem�s de un

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