sábado, 22 de diciembre de 2012


indiferente a nadie �� Acabaron renunciando a la lucha armada cuando su crueldad les dejo sin apoyos en Espana
Lorenzo Silva
no. En suma: fue una chuleria,
casi pueril, de un grupo de hombres
armados lo que desencadeno
aquella catastrofe.
Para culminarla, alli estaba
el siniestro teniente coronel
Manuel Gomez Cantos, a la
sazon jefe de la comandancia de
Caceres, quien, lejos de hacerse
cargo del infortunio sufrido por
un pequeno grupo de sus hombres,
aislados en un pueblo que
el enemigo pudo atacar con toda
ventaja, decidio cargarlo todo a
su cobardia. Y, para advertir a
su gente, no se le ocurrio nada
mejor que fusilarlos de manera
vil, ademas de completamente
irregular y delictiva, al ignorar
todas las prescripciones del
codigo de justicia militar, que
nunca amparo las ejecuciones
extrajudiciales.
DISCIPLINA EXTREMA
Su actitud, ademas de reveladora
de una crueldad escalofriante,
tambien denota las terribles
condiciones, de disciplina y
sacrificio mas alla de lo imaginable,
en que desarrollaron la
campana aquellos guardias civiles
que recibieron, y acabaron
cumpliendo, el encargo de limpiar
por completo los montes de
opositores armados al regimen.
No esta de mas hacer constar
que Gomez Cantos nunca pago
por los tres asesinatos que ordeno.
Acabo yendo a parar a un
oscuro destino burocratico, tras
un proceso en el que, por la
insistencia airada del obispo, se
le condeno solo por no haber
dado atencion religiosa a los
ejecutados.
La perspectiva del tiempo
transcurrido nos permite contemplar
a unos y otros, guardias
y guerrilleros, como las primeras
victimas de una guerra sin
cuartel. Guerrilleros abatidos
por la espalda, mujeres y ninos
de guardias convertidos en objetivo
militar (heridos, muertos o
secuestrados), civiles atrapados
entre dos fuegos y maltratados
por unos y otros. La dureza de la
lucha y de la vida en el monte
(que los guardias padecian como
sus perseguidos, cuyo modo de
vida imitaban con frecuencia,
incluso disfrazandose de guerrilleros)
llevo al heroismo y a
adquirir rasgos de alimanas a
combatientes de ambos bandos.
La ferocidad de la represion no
solo la alentaban jefes como
Gomez Cantos, de perfil rayano
en lo psicopatico, sino el propio
director general del Cuerpo
durante la mayor parte de ese
MAQUIS Y GUARDIA CIVIL:
una LUCHA a muerte

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